Un regalo para toda la vida y mi experiencia con la lactancia materna.

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¡Hola a todos! Hoy traigo una recomendación para papás o futuros papás, es un libro dedicado a la lactancia materna que he terminado de leer hace unos días y quería compartir con vosotros.

UN REGALO PARA TODA LA VIDA es un libro/guía sobre lactancia materna para padres que deseen dar el pecho de forma exclusiva a sus bebes, no intenta convencer de nada, simplemente intenta motivarte para que tu experiencia sea más positiva. Me parece un regalo estupendo para mamás y papás, sobre todo para los novatos con estos temas porque esta contado con sinceridad y desde un punto de vista médico. Os dejo experiencia actual porque me gustaría unirme a todas las personas que aportan su granito de arena con este tema. Si necesitas más información AQUÍ.


MI EXPERIENCIA PERSONAL :

Antes de comenzar quería decir que es un tema muy personal y que cada persona elige libremente como alimentar a sus hijos, en mi caso, tanto la matrona como la pediatra de César me comentaron que la Organización mundial de la salud, recomienda la lactancia materna exclusiva (LME) y a demanda hasta los 6 meses, y otro año más complementándola con otros alimentos. También la recomienda pasados los dos años o incluso hasta que el bebé quiera. Mi idea siempre ha sido esa, la lactancia materna exclusiva prolongada y demanda hasta que César quiera.

Lactancia materna exclusiva. Mi experiencia.
LME

La primera vez que puse a César al pecho, observamos que lo agarró muy bien, ¡a la primera!, no puedo callar, se me caía la baba con mi niño, pero como ya sabréis la leche materna suele tardar unas horas en subir al pecho, entonces el bebé no hace más que succionar el pobre y no saca nada, se cansa y así acaba perdiendo peso en el hospital. <<Es como una esponja que está metida en agua y de repente la sacas y comienza a chorrear, pues algo parecido me contó mi matrona que ocurre con los bebés, que no me agobiara si pasaba algo así y César perdía algo de peso, que era lo más común. >>

Pasadas 24 horas me dijeron que si perdía más del 10% del peso con el que nació, nos teníamos que quedar un día más. Quedarme más tiempo, evidentemente, no era lo que más me preocupaba, era que cómo madre primeriza no sabía que hacer y necesitaba alimentar a mi niño. Va a parecer excéntrico, pero estuve 48 horas de hospital con mi niño colgado al pecho, solo lo solté y muy poco cuando llegaban visitas y aún así, seguí con él en la teta intentando que me estimulara el pecho lo máximo posible para que me subiera rápido la leche y a la vez, enseñándole a coger bien el pezón para alimentarse porque en ocasiones se hacia el remolón y le costaba cogerlo bien. Se hizo duro, pero fue la primera recomendación que te dan en el hospital y yo sé, que cuando te lo dicen, es porque es lo mejor para ti y para el bebé por la cantidad de beneficios que tiene la leche materna.

Pienso, que dos días de hospital después de dar a luz son pocos porque no hay tiempo para ayudar a la madre con la correcta iniciación de la lactancia materna.

Él segundo día estaba agotada y no habían pasado ni 48 horas, mi pareja intento ayudar en todo lo que pudo, sobre todo dándome ánimos porque para nosotros era importante que César se alimentara con leche materna. Las enfermeras de Cruces se portaron con nosotros genial y me alentaron para que siguiera poniéndolo al pecho tal y como lo estaba haciendo, hasta que pasadas 6 horas el primer calostro comenzó a subir. No me quiero enrollar mucho, pero tengo que decir que los ánimos es una parte importante para la madre durante este proceso, me atrevería a decir que el 50% (vaya por delante que es una opinión personal), el personal sanitario me dijo que lo estaba haciendo bien, mi pareja también y mi familia me dijo que me iba a salir todo bien, al final, salimos de allí a los dos días con lactancia materna a demanda como tenía previsto porque César no perdió ese 10%.

Pienso también que las mujeres estamos programadas físicamente para dar de mamar, pero no psicológicamente y si te dicen que el bebé está en el Edén cuando está en el pecho y tú en ese momento tienes un problema que te trae de los nervios, es muy complicado sobrellevar los típicos comentarios de ánimo cuando tu hijo tiene más hambre que el perro de un señorito. Ser pro lactancia es lo justo para el bebé, pero hay que abrir la mente siempre y pensar que hoy en día tenemos recursos suficientes para que un bebé no pase hambre, que es lo más importante.

En esos dos días que estuve en el hospital, intenté disfrutar al máximo para relajarme con este tema. Recordé lo que escuché en las clases de preparación al parto, donde nos explicaron que la mayoría de los comentarios que escuchamos sobre lactancia son mitos y excusas, que la lactancia materna es fácil y satisfactoria, aunque seas madre primeriza y no tengas ni puñetera idea. Seguro que muchas mujeres le clavarían algo en los ojos a mi matrona super-prolactancia, pero siendo cierto del todo, o no, me pareció que era un chute extra de ánimo y así me lo tome como algo normal y natural, cosa que le agradezco infinitamente.

Decidí comprar este libro porque he escuchado comentarios positivos tanto desde aquí, como desde otros países. Me alegra saber que quién lo escribe un hombre y la forma tan coloquial que tiene de contar estos temas que a veces parece que sean tabú, y a mi me parecen de lo más humano.

No tenemos mucha ayuda para conciliar el trabajo con la maternidad o paternidad, es una lástima que crean que cuatro meses es suficiente para un bebé cuando la máxima autoridad en salud (OMS) recomienda lactancia materna exclusiva hasta los 6 y hasta los dos años incluso. Es contradictorio y negativo, es mi modo de verlo. Solo espero que con el paso del tiempo estos temas mejoren y nos ayuden a los padres para que la crianza de nuestros hijos sea un poco más libre, sin tantas presiones y prejuicios.

Cuando llegué a casa comenzó la parte con más dudas. Tuve a mi hijo casi las 24 horas al pecho, solo lo retiraba para acostarlo en su cuna y alimentarme yo. Sabía que era necesario que siguiera con esa dinámica para conseguir que me subiera la cantidad de leche que le hacía falta y poco a poco, lo fui consiguiendo. A los cuatros días César cogió los 280 gramos que perdió en el hospital y a la semana medio kilo más.

Respecto a las grietas y todo eso, me salió una estando en el hospital, pensé que era el fin del mundo, pero una enfermera me dijo: ¡cuando llegues a casa seguro que ya no la tienes y no te eches ungüentos de esos, que si no, se te va a poner peor!! ¡pues toma!, a los dos días me desapareció. También me recomendó pasada la primera noche en el hospital, que fuera al sacaleches, (para beneficio del niño), pero recordé lo que me dijeron antes de dar a luz y es que me resistiera a sacarme leche con el aparato del hospital, porque con eso lo único que conseguía era estimularme más el pecho y que saliera una cantidad de leche que probablemente el niño no fuera a consumir, y como consecuencia provocarme algún problema como mastitis y destrozar la lactancia materna por completo. <<Supongo que si César hubiese perdido un peso superior hubiese ido sin pensarlo, pero no fue el caso>>.

En estos momentos mi bebé tiene 4 meses y sigue alimentándose con lactancia materna exclusiva y a demanda, y no os voy a engañar a veces se hace cansado aunque con el paso de los días es mucho más rápido y fácil. Como mi pecho ya no necesita mucho estimulo utilizo el sacaleches para vaciarme el pecho y que no se me obstruya ningún conducto, lo que me sobra, lo congelo en bolsas especiales para mezclárselo en el futuro con los cereales. Así todo comienza a adquirir un orden porque hasta ahora todo ha sido demasiado nuevo para mí.

<<Mi hijo esta colgado del pecho bastante más tiempo del que necesita, en algunas ocasiones lo coge hasta para dormir o como chupete, pero es lo que yo he elegido para él. La gente me dice que como coja esa costumbre me voy a acordar y en realidad, me encantará acordarme de las veces que César me ha necesitado y me ha tenido. De las veces que ha necesitado consuelo y solo con ponerlo al pecho lo ha tenido, y del vinculo íntimo, incomparable e inigualable que he creado con mi niño. Solo por esto volvería a hacerlo una y mil veces más>>

Mi bebé es un niño muy despierto y no es muy dormilón, traga todo lo que le des y he tenido suerte, suerte que no me ha tocado con el sueño, se despierta con una mosca, está a todo lo que pasa a su alrededor y más. Voy por casa como en misa cada vez que está dormido, cada vez que me coloco las sábanas se despierta; ¡parece que mis sábanas fueran de papel de plata! y como se despierta, pues otra vez a la teta para dormir.

Siempre he tenido claro que mi reciente instinto me ha llevado a empoderarme para alimentar a mi hijo de la forma que yo creo que es lo mejor para él, supongo, que por mis circunstancias es necesario que saque fuerzas de donde no las tengo y no me arrepiento. No cambio por nada su sonrisa cada vez que mama y deja la caer la leche por la comisura de su boca, como me mira cada vez que le canto en la intimidad, doy gracias a la vida por haberme dejado disfrutar de estos momentos con mi bebé. Tengo claro que si tuviera que cambiar de método en un futuro reciente, lo haré sin ningún problema porque antes está él, pero por el momento está demasiado redondito y goza de buena salud.

Me costaba incluir una entrada en mi web con una experiencia personal tan intima, pero creo que ese el problema con el que nos encontramos muchos primerizos, con el silencio de otros padres. Sin embargo, la mayoría de nosotros nos encontramos siempre los típicos comentarios negativos que hacen que entres con miedo a la teta por si no te sale bien, cuando es lo más natural. Como también es natural y humano que te salga mal como una mastitis, y acabes dando un biberón con leche artificial porque cada bebé es un mundo, y la forma de vida de las personas no es la misma. O incluso que lo dejes por belleza o estética, lo respetaría, aunque ESTO ÚLTIMO entra dentro de un escala de valores que no tienen nada que ver con mi forma de entender la vida.

Supongo que mi experiencia positiva a lo mejor ayuda a mamás que tengan pensado alimentar a su bebé con su leche, decirles que en mi caso ha sido satisfactoria y que no ha habido ningún problema, ¿sueño? ¿cansancio? mucho, si, pero no más que si te tienes que levantar y preparar un biberón. También decirles que se van a encontrar con muchos prejuicios en una actual sociedad que piensa que hablar sobre lactancia materna es algo presuntuoso o que si prolongas la lactancia eres una persona excéntrica, rara o prehistórica, no sé… que cada uno valore que es lo mejor. Todo es respetable siempre que a un bebé no le falte alimento.

La perfección no se logra cuando no hay más que añadir, sino cuando no hay más que quitar.-Saint Exupéry,

Para concluir diré lo mismo que al comienzo de la entrada: cada persona es libre para criar a sus hijos como ella elija porque la maternidad y la paternidad es mucho más que esto. ¿Comentarios que caen como albaricoques?, a patadas, pero antes de que te perjudique la parte pesimista y optes por algo que no deseas, piensa en si lo que estás haciendo es lo mejor para tu bebé, si lo es, es que lo estás haciendo bien.

Mi mejor experiencia.

Amor…

Mi humilde y libre opinión.

Gracias por los ánimos, los mensajes, los correos… y gracias  por seguir aquí.

Se os quiere. Muchos besos.

Más información y venta.

 

Por Los libros de Jade

Novedades literarias.

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