La madre del feminismo español, Concepción Arenal (1820-1893)

Concepción ArenalConcepción Arenal es uno de los nombres propios del feminismo en nuestro país, de hecho está considerada como una de las primeras mujeres españolas en enfrentarse al orden establecido y defender los derechos de su género. Lo hizo ayudando a los demás y escribiendo textos cercanos que se convirtieron en lectura indispensable para aquellas que siguieron sus pasos en años posteriores. Se vistió de hombre para poder estudiar en la universidad, se casó en dos ocasiones y luchó en favor de los más desfavorecidos. Entre ellos, las mujeres, a las que por primera vez considera como uno más de los grupos sociales marginados. La educación y el respeto hacia ellas como seres humanos y no como flores débiles a las que hay que tratar como si fueran objetos fueron unas de sus principales ideas que defendió a lo largo de su vida.

En la web del Cervantes Virtual se pueden leer sus obras directamente. Para mí sus ideas son como una mezcla de cristianismo e ideas liberales.
Hace un año aproximadamente TVE estrenó una tv movie precisamente sobre Concepción Arenal, en concreto trató el periodo en el que ella ejerció de visitadora de las cárceles de mujeres en su Galicia natal.

La dignidad es el respeto que una persona tiene de sí misma y quien la tiene no puede hacer nada que lo vuelva despreciable a sus propios ojos. (concepción arenal)

Concepción Arenal dedicó su vida a reivindicar los derechos de los más desfavorecidos y a intentar rebatir las teorías científicas que hacían de la mujer un ser físicamente inferior. Desde su primera obra feminista, La mujer del porvenir, escrita en 1861, Concepción defendió siempre el derecho de la mujer a la educación como principal escollo para superar las diferencias marcadas en la sociedad entre el hombre, superior siempre, a la mujer.

        La mujer del porvenir (1861)

la mujer ddel porvenirNº de páginas: 148 págs.

Editorial: E-LITTERAE

Lengua: CASTELLANO

ISBN: 9788493689377

Categoría:  Feminismo y mujer

 Sipnosis:»La mujer del porvenir. Concepción Arenal dedicó parte de su vida a la reivindicación de situaciones marginales, como por ejemplo el papel que tenía la mujer en la sociedad del siglo XIX. En su obra La mujer del porvenir la autora trata punto por punto, la inferioridad en la que vive la mujer, analiza la marginalidad que su fre, y aporta medidas y soluciones para acabar con dicha situación, mejorando por ejemplo su educación. Tratado que, por una parte, nos ayuda a entender la situación de la mujer hace más de un siglo, por otra nos da herramientas para analizar con detalle las mejoras conseguidas en los últimos tiempos y permite establecer futuras reivindicaciones. La educación en la mujer. Al final de su vida Concepción Arenal escribe este tratado donde defiende los beneficios que tendrá para la sociedad activar y mejorar la educación que recibe la mujer, en esos momentos tan distinta a la del hombre. Como consecuencia de una mejora en el sistema educativo, Arenal defiende un lugar en el mercado laboral para la mujeres: “¿Todos los hombres tienen aptitud para toda clase de profesiones? Suponemos que no habrá nadie que responda afirmativamente. ¿Algunas mujeres tienen aptitud para algunas profesiones? La respuesta no puede ser negativa sino negándose a la evidencia de los hechos. ¿El hombre más inepto es superior a la mujer más inteligente? ¿Quién se atreve a contestar que sí?” Concepción Arenal, La educación en la mujer, 1892

Si quieres leer la biografía,

Concepción Arenal Ponte nacía el 31 de enero de 1820 en El Ferrol, en el seno de una familia acomodada con ideales liberales. La prematura muerte de su padre cuando contaba con nueve años de edad marcaría a Concepción para siempre. Ángel Arenal Cuesta, un sargento del ejército, ingresó varias veces en prisión por posicionarse en contra del absolutismo monárquico de Fernando VII y fue en una de esas ocasiones en las que cayó enfermo y falleció.

Su viuda, María Concepción Ponte marcharía a vivir con sus tres hijas a Armaño, en el valle del Liébana donde vivía su suegra. En aquel período de su vida, Concepción perdería a otro miembro de su familia, a su hermana pequeña Luisa. En 1835 su nuevo destino sería Madrid, donde su madre decidió formar a Concepción y su hermana Antonia en los entresijos de la buena educación de las señoritas. Una educación que fue más que insuficiente para las aspiraciones intelectuales de Concepción quien estudió por su cuenta todo lo que pudo mientras empezaba a enfrentarse con una madre anclada en las costumbres que no veía en absoluto con buenos ojos que su hija quisiera formarse como si de un hombre se tratase.

 Cuando en 1841, tras el fallecimiento de su abuela paterna y de su propia madre, Concepción se hizo con la herencia de la familia, estuvo en disposición, al menos económica, de realizar su sueño. Así, vestida como un hombre, se coló en las aulas de derecho de la universidad. Y, a pesar de que no pudo conseguir ningún título, algo totalmente inaceptable en aquellos tiempos, si que pudo aprovechar al máximo su presencia en la universidad. Aquellos años fueron también beneficiosos para su vida sentimental. Fernando García Carrasco, al que conoció en las clases de derecho, no sólo se convirtió en su marido en 1848 sino que fue un fiel compañero que apoyó sus ideas progresistas y sus anhelos de romper más de una barrera social.

 Sus años de matrimonio, además de darle tres hijos, uno de los cuales fallecería a muy temprana edad, fueron días de enriquecimiento intelectual mutuo. Concepción asistía vestida como un hombre a las tertulias en las que participaba su esposo con el que, además, colaboró en el periódico liberal La Iberia.

 En 1857 Concepción Arenal sufrió el duro golpe de perder a su marido y fiel compañero. Viuda y con dos hijos, marchó a vivir a Potes donde conocería a un músico y compositor llamado Jesús Monasterio quien con el tiempo se convertiría en su nuevo compañero.

 Fue Jesús quien despertó en Concepción su interés por la ayuda activa a los demás. El violinista había fundado en Potes las Conferencias de San Vicente de Paúl y animó a Concepción a organizar su rama femenina. La Beneficiencia, la Filantropía y la Caridad, escrita en 1860 será su fruto teórico que recibirá el premio de la Academia de Ciencias Morales y Políticas quien en un primer momento creyó haber dado el galardon a un hombre, pues Concepción había firmado con el nombre de su hijo de diez años. Descubierta la mentira, la academia tuvo que rendirse a la evidencia de la calidad del texto de Concepción. Aunque fuera una mujer quien lo hubiera escrito.

A partir de entonces, Concepción Arenal siguió escribiendo textos relacionados con la necesaria ayuda a los más desvalidos y trabajando en mejorar su situación. El 4 de abril de 1864 y a instancias de la propia reina Isabel II, Concepción fue nombrada Visitadora de Prisiones de Mujeres y más adelante, en el 68 Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres. Además de escribir ensayos explicando las terribles situaciones de estas mujeres, en 1870 creó La Voz de la Caridad, un periódico que se publicó durante más de una década y que se convirtió en el testimonio de aquellas realidades. También en la recién creada Cruz Roja en España tuvo Concepción un papel destacado ayudando en los hospitales de campaña organizados durante las guerras carlistas.

Durante la la monarquía de Saboya, que reinó en España los escasos tres años comprendidos entre 1870 y 1873, Concepción se convirtió en amiga y colaboradora de la entonces reina María Victoria dal Pozzo, cuya breve presencia en Madrid fue recordada sobre todo por aquellos desfavorecidos a los que ayudó y continuó ayudando ya destituida de su real cargo con la ayuda de Concepción.

Concepción Arenal dedicó su vida a reivindicar los derechos de los más desfavorecidos y a intentar rebatir las teorías científicas que hacían de la mujer un ser físicamente inferior. Desde su primera obra feminista, La mujer del porvenir, escrita en 1861, Concepción defendió siempre el derecho de la mujer a la educación como principal escollo para superar las diferencias marcadas en la sociedad entre el hombre, superior siempre, a la mujer.

Una cansada Concepción Arenal de más de setenta años, fallecía el 4 de febrero de 1893 en Vigo, donde su cuerpo descansa. Concepción terminaba su vida pero dejaba sentadas las bases de lo que sería el posterior feminismo en una España que aún debería recorrer un largo y tortuoso camino antes de conseguir la igualdad entre sexos.

 Vía Mujeres en la historia

Por Los libros de Jade

Novedades literarias.

2 comentarios

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: